¿Buscado los huesos, después de 87 años en una
fosa común?
La derecha
de este país sigue sin comprender la importancia que tendría un Pacto de Estado
por la Memoria, sin paliativos, ni calificativos, sin subterfugios, ni
ambigüedades o calificativos que buscan dilatar, enmascarar y difuminar el
objetivo real e implícito de los Movimientos Memorialistas (me refiero a la “concordia”,
defendida como el mantra de la solución por los gobiernos de derecha).
Detecto
miedos a los relatos de culpabilidad; miedos a que el movimiento pueda poner
nombres a los asesinos; miedos a verse reflejados en el espejo de la
Historia; miedos a enfrentarse a un
relato personal y trágico de miles de personas asesinadas durante la Guerra
Civil y el franquismo; miedos al aprendizaje que podamos compartir con las
fosas abiertas y miedos a no ser comprendidos ni perdonados por la Historia.
No somos
ingenuos, y después de más de 20 años en la lucha por la Memoria, comprendemos
que estas historias están llena de indecisiones políticas, falta de interés por
muchos gobiernos, prepotencia de muchos dirigentes que piensan que los “miedos”
no existen y que, en el mercado político, esta actitud es rentable. La
demagogia empleada en estos temas ha sido tremenda y delictiva.
Mi abuelo Isidro Fernández Cordero sigue en
una fosa común, después de 87 años, en el cementerio de Hinojos (Huelva), del
que hemos obtenido un apoyo y una compresión escasa. Los familiares y las
asociaciones lo hemos intentado, con escritos al ayuntamiento de Hinojos,
denuncias al Defensor del Pueblo Andaluz, al Comisionado para la Memoria de
Andalucía, al Tribunal de Derechos Humanos y al Tribunal Argentino que ha
resuelto algunos temas de Memoria, no el de mi abuelo. Con escasa o nula
respuesta.
Después de
varios años de reclamaciones y escritos, el ayuntamiento de Hinojos, a través
de un Proyecto subvencionado por el Ministerio de Presidencia y la Dirección
General de Memoria del Ministerio, iniciamos unos trabajos de exhumación
desafortunada y sin resultados. Información obtenida posteriormente, el
ayuntamiento era consciente que la exhumación fracasaría, debido a otras
afirmaciones disponibles: los primeros ayuntamientos democráticos hicieron
obras de ampliación de cementerios y la fosa se violó y se “exhumó”, tirando
los restos que pudieron extraer a un osario.
Este
trabajo se hizo sin ningún tipo de sensibilidad, ni respeto a las víctimas ni a
sus familiares, y lo más grave, sin respeto a la Ley, ni a la dignidad de estas
personas. Cuando por parte de alguna institución, persona, asociación o grupo,
se encuentra una fosa común de la guerra civil, éstas, están obligado a ponerlo
en conocimiento de la autoridad judicial competente.
Estas
personas, más de catorce hombres y una mujer, fueron brutalmente asesinados en
aplicación del Bando de Guerra, sin ningún tipo de juicio, y fueron incinerados
de forma cruel en una fosa común.
-No
queremos abrir este tema en Hinojos, aquí, afortunadamente, no mataron a nadie
de la localidad y es un tema delicado- esto me lo decía un alcalde de la
localidad en su tiempo.
Esta
actitud ha sido frecuente en muchos ayuntamientos democráticos, que hicieron
memoria en los primeros años de la democracia, pero no quedó reflejado, de
forma adecuada, los pasos dados y las fosas abiertas. Algunos hicieron un
trabajo muy interesante que ha quedado en el anonimato.
Mi abuelo,
consta como desaparecido, no está inscrita su muerte en el Registro Civil, ¿se
puede hacer mayor desprecio a su Memoria y a su familia? Mi abuela y sus cinco hijas (cuatro hijas y
un hijo) han muerto con la pena de no recuperar sus restos y ni siquiera
entraron, parte de la familia, en el cementerio donde pensamos que está en una
fosa común: Cementerio de Hinojos. Mi tía María (que tenía doce años) y mi
madre (que tenía nueve años) visitaron el cementerio, ya de mayor, con sus 75
años cumplidos.
Dejamos el
coche en la entrada del cementerio y recorrimos la plaza pública que lleva al
cementerio. Ellas, con lágrimas en los ojos, iban calladas, expectantes,
nerviosas. Tengo una foto de la entrada en el cementerio, vestidas de negro,
desde la espalda y con las puertas del cementerio de fondo, que conmueve solo
verla.
Aún la luz
oblicua del atardecer, producía sombras alargadas con diferentes grados de
oscuridad, que resaltaban la visión de las tumbas, cruces y los lugares
posibles, que le dije, de la fosa. La tarde se transformaba en una bóveda
oscura e intensa. Paseamos por el cementerio, me llamó la atención que mi
madre, me dijo: -el sepulturero antiguo, antes de morir, nos dijo que la fosa
estaba en la parte derecha del cementerio. Me sorprendió, antes no me había
dicho nada. Los ojos rojos, las lágrimas resbalaban por sus mejillas que se
secaba con un pañuelo de mano que siempre llevaba en la manga de su rebeca
negra. Expectante y calladas, comprobaron y sintieron la presencia y el calor
de mi abuelo.
Ya de
regreso, me contaron sus vivencias con su padre: nos metía en los serones de
esparto a las dos, éramos pequeñas, y nos paseaba por el Rocío, calle Sanlúcar,
el Acebuchal y por detrás llegábamos a la Boca del Lobo, y cuando atardecía,
volvíamos a la choza. Mi abuela, les reñía a los tres. Tarde intensa, pero
cuando llegamos a la aldea de vuelta, me dieron las gracias y las noté
contentas, habían logrado un objetivo importante para sus vidas. Mi madre,
concluyó: - aunque yo muera, me gustaría que algunos huesos de tu abuelo,
descansen en el cementerio de Almonte, junto con tu abuela María.
¿Buscahuesos? Hay una expresión más agresiva,
pendenciera, provocadora y de mayor desprecio a las familias que buscamos a
nuestros seres queridos. Esto denota un desconocimiento total de la Historia de
España, un analfabetismo militante y una falta de rigor y sensibilidad solo entendible
en la derecha española, que nunca ha reconocido el Genocidio sufrido en España como consecuencia de la
Guerra Civil y el franquismo.
Los nietos
y nietas, tenemos que seguir defendiendo y reivindicando el “deber de la Memoria” (Reyes Mate), la
exigencia a la dignificación de los enterramientos, la exhumación de las fosas
y que la verdadera Historia de la represión se haga con respeto, dignidad y
verdad. No nos oponemos a que ellos,
dignifiquen y reivindiquen su
memoria, pero esa no es la nuestra. Hay que tener en cuenta, que casi todos ya
fueron enterrados y dignificados por el franquismo.
El nieto de Isidro
4-9-2023